Koimonogatari, mi mejor experiencia con el shōnen ai

Nunca fui una chica que se interesase por el yaoi, ni siquiera por el shoujo. En sí, las historias en las que el romance fuese lo más importante no me atraían lo más mínimo. Mi primera toma de contacto con el yaoi fueron unos 10 minutos de un capítulo de Junjou Romantica, en los que básicamente tenían relaciones sexuales en un lugar público (no recuerdo bien dónde, pero me suena que fuese público). Esto me desagradó muchísimo, ya que en aquel entonces rechazaba fuertemente todo lo que estuviese relacionado con el sexo.

En general, tenía la creencia de que estas obras estaban creadas únicamente como morbo y, aunque más adelante llegué a ver otro BL como Love Stage, nunca consiguió agradarme el género. Recientemente, por motivos varios como los ships gays de un juego, me he vuelto a interesar en esto (bueno, esta es la única vez que lo hago voluntariamente). El resultado es que empecé a leer el manga de Koimonogatari y me encanta. Esta historia me ha llegado mucho a pesar de que yo no he sufrido algo así y tampoco conozco a alguien que sí lo haya hecho. Así pues, después de contar mi experiencia personal con este género, hablaré de por qué ha conseguido cautivarme.

"Hasegawa Yuiji descubre accidentalmente que su compañero de clase, Yoshinaga Yamato, es gay. Finalmente, se da cuenta de que la mirada de Yamato se dirige hacia un amor inalcanzable. Desde un grupo de estudio, Yuiji descubre que Yamato es un «tipo muy agradable» y, a pesar de su incomodidad, comienza a desear su felicidad…".

Como bien dije antes, Koimonogatari es una obra que me está encantando. Con apenas 14 capítulos traducidos al español y hasta el 20 en inglés, solo seguía buscando y buscando para no parar de leer. La historia se me hace absorbente. Aunque inicialmente presenta un amor imposible, poco a poco toma un camino de autoaceptación, mostrando debates internos y las preocupaciones de todos los personajes. Nos presentan un elenco con diferentes formas de ver las cosas y con personalidades variadas, además de estar fuera de estas personalidades tediosas que ya han sido repetidas hasta más allá del cansancio. En general, son bastante realistas, las preocupaciones que muestran podrían ser las que cualquiera de nosotros tuviésemos en su situación; añadiendo también una forma de contar y expresar, a mi parecer, muy atractivas.

La presentación del manga se me hace curiosa. Tenemos desde el primer momento una visión bastante cruda sobre la homosexualidad para ser un país como Japón: Yuiji, al descubrir que Yamato era gay, tomó una posición de «no me molestan los homosexuales, pero no me gustaría relacionarme con él». No irá a molestarle ni a hacerle la vida imposible, pero de por sí rechazar a alguien que no conoces por su orientación sexual es muy discriminatorio.

No obstante, no tardamos en ver la evolución de Yuiji y su relación con Yamato. Antes de homosexual, Yamato es una persona, un buen chico que se esfuerza en sus estudios y en el deporte y, como dice Yuiji, muy agradable. Nuestro protagonista se da cuenta de que su compañero no es malo y que, aunque sea gay, su forma de amar es la misma que la de cualquier otra persona. No le fue necesario involucrarse demasiado con él para notar que juzgar sin conocerle fue un error y realmente era una persona que acabaría convirtiéndose en un buen amigo.

Me gusta que no sea un camino de rosas desde el principio, pues la homosexualidad es un tema que hoy en día sigue generando controversia. No porque no sean aceptados por la mayoría, sino porque sigue habiendo montones de prejuicios sobre ellos y, además, las personas en cuestión tienen sus miedos e inseguridades por no «ser normales».

En esto último se centra bastante también este manga. Yamato nos cuenta desde su perspectiva cómo se siente, cuáles son miedos, por qué desconfía. Y no se queda en drama barato de «¿por qué no me aceptan?», viene el otro protagonista, le dice «yo te acepto» y todo genial y solucionado con un romance forzado, vacío y carente de significado. No. Si bien es cierto que Yuiji le apoya y le intenta aconsejar, se enfrenta a muchas otras situaciones, porque también quiere que sus amigos y su familia le acepten. A eso también hay que añadir las miradas de repulsión y los comentarios hirientes que recibe, nadie querría eso, y menos por algo que ni siquiera tú mismo puedes elegir y ni siquiera está perjudicando a nadie. Pero, sobre todo, empieza el camino de tener que aceptarse él mismo, que era el que menos aprobaba su condición. Eso se notó sobre todo por aquel comentario de «desearía despertar y enamorarme a primera vista de la primera chica que pasase».

O sea, está claro que él no quería ser molestado, no quería tener que pasar por todo eso por no «ser normal», pero con ese comentario el primero que no se aceptaba era él mismo. Es normal que quisiera huir, que desease ser como el resto, pero esa no era su solución. Nuevamente el manga vino a complacerme con diversos acontecimientos por los que Yamato empezó a darse cuenta del apoyo que tenía de sus amigos, solo necesitaba prepararse él para poder aceptarlo.

Para organizar un poco mejor esto y sintetizar: la evolución y la personalidad de Yamato me encantan. Se nos presenta como un chico distante que, además, es el típico popular porque es guapo, inteligente y deportista. Al acercarnos más a él con el protagonista, nos damos cuenta de que es una persona agradable y con buenas intenciones. Profundizamos aún más cuando él descubre que Yuiji conoce su secreto y aquí vemos pequeñas pinceladas de lo que él es realmente: quiere ocultarlo a toda costa, así que le preocupa que alguien lo sepa, aunque le prometiese que no diría nada. Está intranquilo respecto a sí mismo y se siente falso y mal por no poder contárselo a personas como Seki, su mejor amigo. Le preocupa el rechazo, el llamar la atención más de la cuenta en la preparatoria y muchas cosas en general. ¿Decirlo o no decirlo? ¿A quién, cuándo y cómo?

Este personaje está lleno de inseguridades, pero, a pesar de todo, no quiere estar solo. Quiere disfrutar y tener amigos, ¿por qué debería su orientación sexual negarle la diversión? Además, vemos que el ser bueno en los estudios y el deporte es un esfuerzo extra, como intentando compensarse a sí mismo: ser gay como punto malo, destacar en eso como bueno y crear un equilibrio. O algo así, supongo. A mi parecer solo quería demostrar que ser gay no le impide hacer otras, no le hace ser inferior. Es su forma de decir: «valoradme por lo que soy».

Un punto importante en su evolución es cuando conoce a Sakura, el que será su primer amigo gay. Muchas cosas suceden, pero destaca que gracias a él acaba perdiendo más ese sentimiento de soledad, aunque también es cierto que le pone en situaciones molestas o incómodas. Aun así, en todo momento Yamato demuestra sus buenas intenciones, su amabilidad, su preocupación y lo buen amigo que es. También aquí vemos que empieza a ser más consciente sobre su propia homosexualidad al involucrarse con Sakura. Cabría añadir que es por esta parte en la que demuestra algo más de profundidad en su amor por Kyousuke, si bien sabemos sobre sus sentimientos desde el principio, aquí es donde demuestra que no desaparecerán fácilmente y el porqué unas palabras dichas en una conversación ajena le hicieron caer por él.

Hasta ahora habíamos visto solo la faceta de Yamato preocupado únicamente por sí mismo y por su condición, además de por Sakura, pero mientras todo ese tema pasaba, Yuiji tuvo que enfrentarse a otros problemas por sí solo. Aunque podía parecer simple agradecimiento, Yamato fue más allá, ofreciéndole la misma ayuda que había recibido; también él se preocupaba por el amigo que tanto le había apoyado en los momentos en los que más perdido estaba, una lindura de chico. La parte en la que están en el banco y Yuiji le suelta todo es sencillamente hermosa. Pero lo que más tierno se me hace es la forma en la que llegan a estar así.

Desde el principio, a pesar de ser un manga de shounen ai, la obra no intenta mostrarnos una relación romántica, sino que se basa en mostrarnos principalmente cómo ambos protagonistas pasan de ser compañeros a amigos en que confían el uno en el otro. Es decir, es básicamente la historia de una amistad que se va estrechando mientras cada uno reflexiona sobre sus cosas personales, donde el único punto que comparten es saber sobre la homosexualidad de Yamato. Pasan por muchas cosas que les hace acercarse más y más, pero solo como amigos, no hay ningún otro tipo de sentimientos entre ellos. Va paulatinamente avanzando de esa forma. Llegar a la escena anteriormente mencionada nos hace ver que esta amistad es verdadera y sincera. Yuiji es abúlico, ese tipo de persona que piensa mucho, pero no dice ni hace nada; aun así, confía en Yamato y comparte sus preocupaciones con él, aunque antes siempre había sido al revés.

Es curioso porque, aunque antes dije que nunca había tenido una vivencia parecida a lo que trata de narrar la obra (sobre la homosexualidad), la relación de amistad que tienen Yuiji y Yamato sí se me hace muy cercana. Permitidme hablar de algo más personal, pero esta escena se me hace tan real y bien conseguida porque yo misma estuve en una situación casi calcada. No cuando leía, sino ahora escribiendo esto, me he visto a mí misma hace cuestión de meses recostada en el regazo de mi mejor amiga quejándome de todo, por algunas circunstancia complicadas que estaban teniendo lugar en mi vida.


Ahora llegamos a la parte donde Yamato tiene que enfrentarse a sus problemas, cuando corren los rumores de que es gay y él no es capaz de hacer nada sobre ello: ni admitirlo ni negarlo. Simplemente aguantaba todo lo que le tocaba mientras se iba acercando a su límite, preocupándose por lo que pensarían sus amigos, especialmente Seki. Yuiji acaba siendo la persona que más comprende a Yamato, así que él será su principal apoyo para todo lo que pase aquí. No obstante, hay muchas otras cosas que destacan y tienen gran importancia para él.

Primero, Nacchan, la otra amiga que conoce su sexualidad, le pide salir para intentar parar esos rumores y también le apoya tanto como puede. Luego sigue Seki. Doi, el que esparció los rumores, le pregunta si está bien con que Yamato sea gay, suponiendo que realmente lo fuera. La respuesta de Seki me sorprendió mucho. Cualquiera podría haber esperado el típico «es mi amigo, así le acepto y nada cambiará por algo como eso», pero nada como eso, al contrario. Seki es directo y sincero, sabía que no podía asegurar que todo fuese a seguir como antes, pero lo único que sí tenía seguro es que él era su amigo, y aunque la situación cambiase seguirían siéndolo. Fue bonito ver cambiar la percepción de «amistad inmutable» a «amistad a pesar todo». Yamato estaba escuchando, así que luego tuvo una conversación con él que acabó con un comentario tan simple y bonito.

Sentí mucha felicidad en ese momento. Simplemente estaba pensando algo como: «te defienden, te apoyan, te quieren, Yamato, no dudes más y confía en tus amigos». Pero claro, en realidad no sería tan fácil, y ahí tampoco. Solo fue un empujón más para que Yamato empezara a avanzar poco a poco.

Por último llegamos a la conversación de Yuiji y Yamato. Poco a poco él iba mentalizándose, con pequeñas acciones y conversaciones que le hacían tener más valor. Este fue el punto más importante y con el que finalmente se convence a sí mismo para empezar a hacer algo respecto a la situación que le aquejaba. Esa parte del manga, con total sinceridad, me tuvo con las lágrimas amenazando con salir. No sé cómo ni por qué empecé a simpatizar con el dolor de Yamato, me parece simplemente aberrante todo lo que sufría por una cuestión tan sencilla como un gusto. Volvemos a que no es él quién elige y a que los gustos no definen a una persona. El momento en el que está solo y le dice al perro de Yuiji «A Azuki no le importa que me gustan los hombres, ¿o sí?» me destrozó completamente.

Retomando el punto donde tiene su conversación con Yuiji, esta ocurrió en el peor momento de Yamato. Como bien dije, solo buscaba aceptación e incluso huir de su realidad. La mayoría de las cosas que he comentado suceden aquí. Este es el momento en el Yamato se viene abajo, viene de enfrentarse a situaciones en las que le miran mal, le dicen que da asco y hasta le empujan y le insultan. Yamato llega a su límite y aunque cuando le preguntan si está bien, él siempre responde que sí, aquí explota, grita, se queja, busca consuelo. Y ahí está Yuiji para él. Yuiji es un chico tranquilo, perspicaz, que aprecia mucho a Yamato y le acepta en su totalidad. Diciéndole todo eso y añadiendo que le faltaba quererse a sí mismo, Yamato tiene su empuje para seguir evolucionando.

Me parece muy bien conseguida esta escena porque representa muy bien todo lo que sentía Yamato, su tumulto de emociones, y lo contrastan con la tranquilidad y la amabilidad de Yuiji para conseguir una importante evolución en el primer mencionando. Yamato nunca había contado a su secreto voluntariamente, los que lo sabían simplemente le habían descubierto. Sin embargo, ya toma el primer paso y se lo cuenta a su hermana, además de que su actitud se vuelve más positiva y está dispuesto a enfrentarse a su problema y dejar de ver cómo le dañan mientras él no reacciona.

Aunque decide solucionar el problema diciendo que no es gay, esta vez no me parece que lo hiciese únicamente por huir. Obviamente por mucho apoyo que tuviese, no iba a cambiar todo de la noche a la mañana por unas conversaciones con palabras bonitas; solo le dieron el empuje que él necesitaba para avanzar a su ritmo, sin que le obliguen externamente y teniendo el tiempo suficiente para aceptarse él primero. En otras historias habrían utilizado eso para hacer que el personaje en cuestión se enfrentase a todo complemente, pero este manga ya nos había demostrado que usa un ritmo calmado, sin precipitarse en ningún momento, con esto nos lo dejan más en claro. Pero no por ello se hace aburrido, yo tengo unas ganas enormes de seguir cada pasito de Yamato hasta que por fin pueda soltarlo todo.

Pasemos ahora a hablar de Yuiji, el protagonista principal. En el principio seguimos sus pasos y como bien dije antes, muestra una evolución bastante rápida cuando conoce a Yamato, pasando de querer evitarlo a considerarlo un amigo y decir algo tan tierno y sin sentido como que iba a hacerle la vida más fácil, aunque evidentemente no tenía ni idea de cómo hacerlo.

En mayor medida, Yuiji es un chico tranquilo, reservado y bastante ajeno a las cosas, pero es amable, sabe escuchar y apoya a sus amigos en los momentos más difíciles. Siempre lo suelen poner como el principal soporte emocional de Yamato; no obstante, llega un punto en el que vemos que él no es solo el que soluciona los problemas de otros. Aunque no los diga, sus problemas y preocupaciones siguen ahí, a pesar de todo él sigue siendo un adolescente y no está exento de esas cosas. El problema principal que enfrenta es la ruptura con su novia, donde se da cuenta de que ni siquiera está triste por ello; solo estaba confundido, tratando de entender el porqué de todo aquello.

Kyousuke fue el puente de la escena del banco, pero eso no quita que se llegase a eso por la gran confianza que había ya entre Yamato y Yuiji, siendo amigos muy especiales el uno para el otro. También influye que la situación era más complicada de lo normal, pero igualmente que alguien como Yuiji comenzara a hablar muestra de por sí un desarrollo en su forma de pensar y en sus emociones. Después de eso siguió apoyando como antes a Yamato, que pasó por la situación más complicada para él.

De Yuiji me encanta sobre todo su empatía, cómo era capaz de sentirse casi tan afectado como Yamato por los rumores que corrían. No tenían nada que ver con él, pero igual estaba preocupado porque eso puso a Yamato contra las cuerdas. Además, también me encanta por la forma de su amistad, aunque sabe que Yamato es gay, pasa el brazo sobre sus hombros, le abraza y hasta le besa, todo eso sin querer ir más lejos de la amistad.

Por otra parte tenemos personajes como Akiyama, Nacchan, Seki y Kyousuke, que no cuentan con una evolución propiamente dicha, pero sirven de soporte emocional. Los dos primeros ya saben sobre la homosexualidad, y su función es básicamente mostrar que no hay nada malo con ello, representan el pensamiento de que no debería haber ningún problema y siguen en iguales términos con él. Los dos últimos no lo saben: Seki como mejor amigo también busca apoyarle y es una bonita amistad la que tiene con Yamato, si bien es cierto que es a quién más cosas le oculta por el hecho de que es la persona que más le importa; Kyousuke es el interés amoroso de Yamato y el mejor amigo de Yuiji, su importancia me parece que reside en que funciona como un puente entre Yamato y Yuiji, logrando interacciones y avances en la relación de ambos (véase que él provocó la tan mencionada parte del banco).

Finalmente, hablaré de Sakura, el otro chico gay que aparece. Se presenta como una persona que parece estar segura de sí misma, pero en unos pocos capítulos podemos observar todos los problemas por los que atraviesa y sus preocupaciones. Pasamos de sus proposiciones sexuales a verle realmente afectado por la reacción de su madre, que solo esperaba pacientemente a que fuese heterosexual, y hasta con marcas de golpes aparece. Es un personaje que representa más el sufrimiento, pero, con la ayuda y el apoyo de Yamato y Akiyama, consigue superar todo eso y volverse otro tipo de persona.

Para casi finalizar, solo me queda hablar de lo visual. No tiene un estilo de dibujo especialmente bueno, aunque sí es cierto que conforme pasan los capítulos va mejorando bastante, sobre todo porque se me hacen más limpios y claros. En general me gusta bastante, a pesar de que no sea destacable, pero debo admitir que no me gustan los perfiles, se me hace súper extraña la nariz y a veces parece que los personajes no tienen barbilla casi. Aun así, también hay que tenerle en cuenta que logra un montón de expresiones faciales muy bien conseguidas, y ese gran trabajo hay que valorárselo.

Concluyendo y sintetizando, este manga me parece muy bueno por varias razones. Primero, tiene una premisa bastante inocente y la sigue paulatinamente, desarrollando con normalidad una amistad entre los dos chicos, que en ningún momento se nota lenta, rápida o forzada; se me hace natural, relajante y tranquila. Además, se nota que en algún momento podrá llegar más allá, pero ahora son solo amigos que se apoyan incondicionalmente.

Segundo punto, rechaza totalmente la mayoría de clichés que pueden darse en un manga como este y se desarrolla de forma más realista, tanto la historia como los personajes. No es nada brusco y presenta crecimientos tranquilos y progresivos. Esto le da un gran encanto que me hace disfrutar enormemente.

Tercero, los personajes tienen personalidades naturales y diferenciadas, teniendo carisma propio y mostrando diversas situaciones que nos ofrecen espacio para nuestras reflexiones personales. Quizás la mayoría no cuenten con un gran desarrollo aún, pero confío en que más adelante lo tendrán, por el momento cumplen sus funciones a la perfección.

Y ya sin alargar esto más, esas son las principales razones por las que me gusta este manga. Especialmente por su naturalidad y realismo, que logran conectar conmigo hasta el punto de hacerme llorar, tener nudos en la garganta y sonreír alegremente sin darme cuenta porque los personajes están felices. Sin duda de los mangas que más me han gustado ahora y mi mejor experiencia con el shōnen ai; una exquisitez de lectura.


Comentarios