¡Bienvenido a la incompatibilidad social!

Últimamente me he dado cuenta de que no hay nada como escribir sobre algo que realmente te lo está pidiendo a gritos. Este manga ha logrado darme esas ganas de escribir. Quería hacer un blog, pero ¿sobre qué? Welcome to the NHK vino a decirme que era lo que estaba buscando.

El tema de los hikikomoris es algo que empezó a interesar después de haber hecho una pequeña investigación al respecto. Satou, el protagonista de esta historia, sobresalía como la mejor representación de este trastorno de aislamiento social agudo, por lo que me dispuse a leer este manga. A día de hoy me sigue sorprendiendo leer a diversas personas diciendo orgullosamente que eran o querían ser hikikomoris. ¿Realmente saben los problemas que supone eso? Yo también he tenido una vida en la que me aparté bastante de la sociedad, aunque no por gusto propio, me ardía la sangre leyendo cosas así, así que estad preparados para leer también sobre mi vida personal. Welcome to the NHK presenta bien la problemática de esa vida y, aunque tiene bastante comedia (aunque es bastante negra), la crítica social está clara.


Welcome to the NHK es raro. Sí, muy raro, pero en parte esta es una de las cosas que lo hacen especial. Presenta una historia con personajes realistas que fallan una y otra vez, y tienen montones de problemas en su vida diaria. Todos los personajes están bien caracterizados, tienen gran profundidad, y dejan mensajes y enseñanzas bastante curiosos a lo largo de todo el manga. Hay distintas filosofías, distintos modos de ver la realidad, todos aportan algo distinto haciendo de esta lectura algo sumamente gratificante.


Especialmente Satou Tatsuhiro, el protagonista, es la viva imagen de los altibajos que puede tener una persona, sobre todo bajos, aún más acrecentada de lo normal por ser un hikikomori tan fiel a la realidad. El síndrome de abstinencia social no es un juego, es algo muy serio y realmente hay que estar mal para llegar hasta ahí. Hay una parte del manga que me encantó, cuando hablan sobre por qué una persona llega a desarrollar ese síndrome. ¿Por qué una persona es hikikomori? Su causa es la incompatibilidad con el medio que te rodea, con la sociedad; no puedes ser como el resto, no puedes adaptarte a ellos, así que te encierras en ti mismo hasta llegar a ese punto. ¿Es esto realista? Sí, yo misma estaba en ese punto.


Primer momento de justificación con mis propias vivencias. Cuando todos somos niños no suele haber problemas, pero entonces empezamos a creer, desarrollamos nuestra personalidad y nuestros gustos propios. En el pequeño y conservador pueblo en el que vivo no había nadie como yo. Con apenas 12 años ya estaba apartada del resto de personas de mi edad, simplemente no podía estar con ellos y si me obligaba a estar, acababa siendo totalmente ignorada, así que prefería estar sola. De pequeña solía ser muy social, hablaba con todos, pero el aislarme hizo que me volviera una persona tímida, introvertida e insegura.


El caso de Satou es algo distinto, ya que él no se aisló por ser diferente, sino por diversos fracasos, viéndose como un inútil, lo que podríamos entender como una presión social para la que no estaba preparado. De esta forma perdió toda su seguridad hasta el punto de ir por la calle y pensar que todo el mundo le mira, le juzga y se ríe de él por el síndrome que sufría. Pero todo esto va más allá, él se encerró literalmente durante cuatro años, lo que hizo que padeciera de paranoia, depresión, baja autoestima, insomnio y ataques de pánico al intentar luego hablar con alguien. Todo esto es lo típico de un hikikomori, por eso está tan bien representado, pues no sale de su papel en ningún momento. Él sufre lo difícil que es volver a integrarse, por muchas buenas intenciones que tuviese, siempre acababa fracasando a la hora de intentar buscar trabajo.



El hikikomori sabe perfectamente de su condición, pero ¿realmente quiere salir? No es raro que las personas teman al cambio, un hikikomori aún más. Están acostumbrados a su ritmo de vida, volver a la sociedad y las prácticas normales suponen un contraste demasiado fuerte, así que no es sorprendente ver que ni siquiera intenten reinsertarse en la sociedad, como Satou hasta que sus padres dejan de pasarle dinero y se ve obligado a buscar trabajo. ¿Y en qué resulta esto? En un fracaso total. Cada acción y cada cosa que dice el protagonista están fielmente relacionadas con su condición, exponen a la perfección todos los problemas a los que se enfrenta, cómo se sienten afectados por todo su fracaso y miedos.


Sin embargo, como bien dije antes, todos los personajes tienen sus propios problemas, ante los que caen o logran superar, desarrollándose como personas y siendo uno de los puntos más positivos de la obra. Por ejemplo, si hablamos de Misaki, se nos presenta como una amable, misteriosa y caritativa chica que decide ayudar a un hikikomori. A menudo siendo tratada como un ángel o como si fuera perfecta, vamos viendo que ella también se enfrenta a sus propios problemas, como sus dificultades para hacer amigos en la escuela, la cantidad de veces que engaña al protagonista para conseguir lo que quiere (y no siempre le ayuda eso)... Pero a pesar de todo es una humana, es normal que se equivoque, que tenga problemas que no pueda solucionar y que quiera huir o buscar el apoyo de otra persona. Al final, esta búsqueda de compañía es uno de los mensajes más importantes que nos ofrecen; nadie debería estar solo, todos necesitamos a alguien en quien confiar y con el que apoyarnos mutuamente.


Es curioso mencionarlos a ellos, pero creo que el grupo del suicidio colectivo representa bien esto también. Todos habían llegado a la conclusión de que querían morir por los diversos problemas que enfrentaban, pero luego se dieron cuenta de que no estaban solos, había gente que los quería y estarían allí para ellos, sus familias, sus amigos o sus parejas. Con apoyo y compañía, todos los problemas se harán eventualmente más pequeños.


Vemos también a Shirou, el otro hikikomori, presentándose como un caso peor que el de Satou, puesto que realmente hubiera logrado suicidarse si no le hubieran pillado. Aunque su evolución es realmente rápida (justifiquemos esto en la necesidad de contrastar al Shirou hikikomori con el Shirou reinsertado), está bien sostenido el motivo. Misaki llegó para él, no importan las razones de ella, pero estaba dispuesta a estar con él, mostrándole un interés por él tangible al poner en peligro su propia vida. Ya no eran solo las palabras de los libros de ayuda que leía, eran hechos, hechos de alto peso que le hicieron ver que su vida tenía valor, por lo que abandonó sus intenciones suicidas y logró reintegrarse en la sociedad. Con todo esto no es difícil comprobar la importancia que tiene una persona que muestre interés en ti.


Hablemos ahora sobre Yamazaki y su relación frustrada con el mundo 3D, siendo que de pequeño los matones le pegaban y ahora, cuando por fin encuentra a una chica que le gusta y parece ser recíproco, se entera de que todo era una mentira. Así es como su única compañía acaban siendo Satou y Misaki, un trío de personajes bastante curioso que, en ciertos momentos de la obra, disfrutaban de una felicidad simple aún sin haber reintegrado a Satou en la sociedad.



Volviendo otra vez a un punto más personal, en mis tiempos de, no hikikomori pero sí alejamiento relativo de la sociedad, yo también tenía la necesidad de alguien en quién apoyarme y no fue hasta hace dos años que pude conocer a la persona que llevaba tanto tiempo necesitando. Gracias a ella pude volver poco a poco a ser una persona más normal, por así decirlo, perdiendo parte de mi timidez e inseguridad extremas y desenvolviéndome con más soltura. Ya puedo pedir pizza por teléfono sin que me tiemble la voz, sin tartamudear y sin decir: “Hola, buenas pizzas, llamaba para pedir una noche de queso cheddar”.


Con todo esto vemos que realmente todos los personajes y sus relaciones tienen un buen desarrollo, realista y con el propósito de dejarnos claros los mensajes que quiere dar la obra. Aparte de lo ya mencionado, presenta todo tipo de situaciones que podrían darse tranquilamente y sin dificultad alguna en la vida real, tales como un matrimonio donde no hay amor, una enganchada a las pastillas, uno con sueños frustrados… En fin, de todo un poco, para poder hacer una amplia crítica a la sociedad.


Pero volvamos al eje principal, el protagonista. Siguiendo aquello que comentaba antes de sus problemas propios de su condición de hikikomori, todo esto derivó también en que sea fácilmente manipulable e ingenuo, pues cualquier cosa le motiva o le desmotiva. Hagamos el juego por nuestro futuro, ¡por nuestro futuro!; hagamos el juego por la niña con alzheimer, ¡por la niña con alzheimer!; y varias mentiras más de Misaki, como la de su situación familiar. Con toda la paranoia e inseguridad que se gasta, acaba siendo hasta increíble lo débil e inestable que es psicológicamente hablando. Y es que hasta su capacidad de concentración y sus motivaciones cambian más que el viento, pero esto es precisamente por el tipo de persona que es. Aspira a mucho sin realmente poder conseguirlo y culpa de todo a unas conspiraciones inventadas para intentar justificarse a sí mismo, no va paso a paso, porque es más difícil, aunque aseguraría más su cambio positivamente. En fin, Satou es un batiburrillo de emociones e inestabilidad, que no logrará finalmente superar todo esto hasta que ve cómo Misaki es otra persona con problemas, que no era un ángel perfecto, así con la motivación de lograr amarla algún día.


O eso parecía, porque el final es de lo más confuso. Solo vemos a un Satou buscando un trabajo creativo, que ni siquiera sabe si la última charla que tuvo con Misaki en la que cimentaba su objetivo de enamorarse de ella por su propia libertad, prometiendo que empezaría todo de nuevo, pasó realmente. Aunque ese último mensaje de Yamazaki sobre el juego me dio mala espina, pero se ve que ahora estaba bien en casa de sus padres y no se lió parda como la otra vez que volvió con ellos.


Para terminar hablaré ligeramente del dibujo. Honestamente el manga me parece muchísimo mejor que el anime respecto al dibujo de los personajes, los noto más claros y más jóvenes. Además, es admirable la cantidad de expresiones faciales que hay, tanto con un dibujo más normal, como otro más caricaturesco y exagerado. Por supuesto, estas logran ajustarse a la situación y expresar aquello que deben aparte de ser algo más cómico en ocasiones. También me parecieron fantásticos los fondos, los detalles que hay en cada edificio, en el cielo, en cada elemento...



Finalizando este blog, sí, Welcome to the NHK me ha gustado, y mucho. Aunque hay algunas cosas cuya esencia no termino de entender, me parece un manga muy realista respecto a sentimientos y problemáticas presentados, y la evolución y el desarrollo de los personajes es algo encantador. Es genial ver cómo se enfrentan a sus problemas y logran superarlo o siguen cayendo hasta que lo consigan. Una crítica social bastante interesante y que me ha proporcionado diversos ratos de reflexión, me siento orgullosa de mí misma por haberlo leído por fin, ha merecido la pena totalmente.


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