Un realismo cruel a la orilla del mar

Inio Asano es un mangaka famoso, sí, tenía ganas de leer algunas de sus obras desde hacía un tiempo, con especial interés en Oyasumi Punpun. Mirando un poco por encima los mangas que escribió, podemos vislumbrar que sus historias son psicológicas, donde lo principal son los personajes y su evolución. No hay tramas complejas, no hay ambientes fantásticos; solo son los personajes haciendo su vida normalmente.

De alguna forma empecé a leer Umibe no Onnanoko, La chica a la orilla del mar en español. Lo que protagonizará este blog será un comentario sobre el final, pero antes, por supuesto, hay que hablar ligeramente del comienzo y la progresión de la trama que provocará dicho final.



Umibe no Onnanoko es un manga erótico en lo que muestra, pero no está dirigido a excitar a nadie, y tiene como relación protagonista una totalmente física, algo que nunca me ha interesado. ¿Por qué empecé a leerlo? No lo sé. Quizás porque buscaba un manga seinen y me encontré con el nombre de Inio Asano. La cuestión es que, a pesar de que sean dos adolescentes manteniendo relaciones sexuales, el autor sabe plasmar algo más, la carga sentimental.


En cierto modo, podríamos decir que es bastante realista, aunque bueno, no al punto de que todos tengamos amigos sexuales o nuestro hermano se haya suicidado. Pero las propias relaciones, los sentimientos de los personajes y cómo van cambiando, todo eso es muy humano. Hasta el dibujo tiene un estilo más realista comparado a los que se suelen ver. Es triste, es melancólica, los personajes se enfrentan a sus traumas, se esfuerzan por su futuro. Sí podríamos decir que su realismo tiene un enfoque más oscuro y cruel: Satou, la protagonista, fue utilizada por el chico que le gustaba; e Isobe, el chico al que recurre Satou, también es utilizado por la chica que le gusta (Satou), siendo además que sufrió la pérdida de su hermano, tiene una relación familiar casi inexistente y la social aún peor.


Los chicos son jóvenes, inexpertos, inmaduros (sobre todo Satou), y todo esto influye en la evolución de la historia. Poco a poco vemos cómo la relación que llevaban empieza a decaer porque ya no llenaba a ninguno de los dos. Satou empieza a desarrollar sentimientos por Isobe, mientras este se alejaba más de ella y se hundía en su tristeza y en sus traumas. La forma en la que se relacionaban tampoco ayudaba en nada, pues, aparte de los ya cada vez más escasos encuentros sexuales, Satou empieza a actuar de una forma muy egoísta, ya no solo jugando con él, sino haciendo lo que le parecía sin pensar en los sentimientos de Isobe. Precisamente esa es una de las cosas que más enfadan al último mencionado, que la amenazó después de que ella, chusmeando en su ordenador, borrara una carpeta muy importante para él que contenía fotos de una chica a la orilla del mar. Sus actos son verosímiles según sus posiciones, tanto por su personalidad como por la situación momentánea. Esto le da consistencia a su carácter y ayuda a que estén bien definidos, y es que es por los personajes que destaca esta historia y todas las de Inio Asano.



Yéndonos ya a la parte final, Satou quiso expresarle sus sentimientos a Isobe, pero este se había ido con la intención de, según decía, suicidarse. Aquí volvemos a ver a Satou violando la privacidad de Isobe porque entra a su casa sin permiso de nadie, maravilloso, Satou, no paras de hacer cosas que le molestan al chico que supuestamente te gusta. Isobe, por su parte, en su marcha encuentra al chico que había utilizado a Satou y que tanto daño le había hecho.


Aquí pasa una cosa que no sé muy bien interpretar la razón, pero sigamos, Satou recientemente había vuelto a hablar con él y hasta quedaron, Isobe, como había hecho desde antes, dejaba que Satou se desahogase con él; no era muy lejano para Isobe el asco de persona que era ese chico. Sabiendo eso, Isobe se encontró al tipo, Sanzaki, dejó sus dientes repartidos por el suelo y se fue. ¿Por qué hizo esto? Bien podría ser por egoísmo propio o porque aún le importaba algo Satou. Respecto a lo segundo, ya hemos visto que este tipo era un desgraciado, le hizo daño a ella y seguro que a más gente, bien podría haberlo hecho como venganza por Satou, la persona a la que había querido y con la que había compartido muchas cosas. No obstante, respecto a su egoísmo, pudo haberlo hecho por el daño que Sanzaki le hizo indirectamente a él. Me explico: él dañó a Satou y ella, en respuesta a esos traumas, fue en busca de Isobe, usándolo a él y, por consiguiente, llegando a un punto en el que también fue herido.


Sea por lo que fuese, vemos en el inexpresivo Isobe una evolución, actúa, aunque no de la mejor manera. Ya el culmen para este personaje fue cuando, de pura casualidad, encuentra a la chica de las fotos, la chica a la orilla del mar. Esto le da esperanza, Isobe, que hablaba de que ni estudiaba porque no iba a tener un futuro, que quería morir; de repente tiene algo que quiere: llegar a la preparatoria a la que va esta chica. Vemos a un Isobe alegre, olvidando sus preocupaciones del pasado e importándole el presente y el futuro. Satou, por su parte, se encuentra decepcionada porque ahora que se da cuenta de que Isobe le gusta ya es demasiado tarde. Satou hizo muchas cosas mal, sí, pero ella nunca bajó de su perfil de adolescente egoísta e inmadura. Ella, después de todas las veces que le negó un beso a Isobe por no gustarle, ahora, que él ya no quiere nada con en ella y está rehaciendo de una forma positiva su vida, le pide un beso. Chica, date cuenta, has hecho mucho daño y eso no lo puedes justificar con los traumas que tú sufriste, porque tú lo hiciste hasta peor. Pero, claro, la evolución de Isobe no iba a ir hacia atrás y la rechaza, mostrando la solidez de su cambio, algo que me pareció bastante bonito, ya que él se veía feliz habiendo superado todo eso.


Tengo que admitir que esto, en realidad, me dejó con sentimientos encontrados. O sea, sí, es lo mejor para el desarrollo, pero después de haber seguido el autodescubrimiento de Satou, me dejó algo triste ver que, cuando por fin se da cuenta, ya está todo perdido. Y es que, a pesar de su egoísmo, ella era la única que acompañaba a Isobe, incluso sin contar los encuentros sexuales, leían manga, escuchaban música… Aunque ella siempre le recordaba que no le gustaba, mostró interés por su persona, le preguntaba acerca de él, se preocupaba por él y por no poder comprender sus emociones. No todo estaba mal con ella, aunque tampoco era el mejor soporte emocional y no brindó una ayuda apropiada. Por otra parte, hay que tener en cuenta que ella estaba utilizando a Isobe y aprovechándose de sus sentimientos, de plano si empezaba algo así, claramente Isobe abandonaría sus sentimientos por una persona que solo le quería por conveniencia propia.



Ya, por último, vemos a un Satou en preparatoria, parece más madura emocionalmente y tiene un novio, parece que le va bien; ha crecido y ha madurado, como debía suceder con una adolescente como ella. Pero ¿qué pasó con Isobe? Nunca vemos qué pasó con él. Lo último que se ve fue que le paran para interrogarle por lo que ocurrió con Sazamaki. Es triste no poder saber cómo acabó, pero bueno, es la magia del personaje, se presenta misterioso y acaba de la misma forma. Aun así, al menos es bueno ver que Satou sí pudo avanzar y seguir con su vida; cometió muchos errores, pero seguro que aprendió de ellos para hacerse una mejor persona.


En fin, en cierto modo tengo que admitir que quería que Satou e Isobe acabasen juntos, que, al descubrir los sentimientos de Satou, Isobe mantuviese los suyos y empezaran una relación seria y sana, que supusiese algo positivo para ambos el seguir juntos. No obstante, hay que tener claro que, aunque sea fan de los finales felices de toda la vida, no era algo que esperaba realmente. De hecho, creía que Isobe sí se suicidaría al final y, de la misma forma, Satou se daría cuenta de sus sentimientos por él y lamentaría su pérdida. El final me sorprendió, no esperaba ese giro en Isobe, pero me gustó, fue lindo verlo con esperanzas y deseando algo, me hubiera gustado verlo también al final; a ser posible, feliz. Pero no todo en esta vida sucede como queremos y solo obtuvimos más incógnitas de Isobe, siguiendo tan enigmático como cuando aún no conocíamos su historia pero sabíamos que algo ocurría. Apenas ahora me doy cuenta de que apareció la figura de su hermano, como preludio de que algo malo iba a suceder.



¿Me gustó? No lo sé. ¿Me hizo pensar? Mucho. Todo el manga mostró un desarrollo psicológico muy elaborado que me hizo ponerme a reflexionar. Un gran trabajo de parte de Inio Asano, se ve que su fama no está ahí por nada.


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